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Por Sevillanas

Instrumentos usados

Parece ser que la pandera y las sonajas fueron en su momento los instrumentos usados con las primitivas seguidillas sevillanas.

El acompañamiento, en la actualidad, se suele hacer con una gran variedad de instrumentos, de entre los cuales, la guitarra flamenca sigue siendo la «dama de honor».

Los instrumentos tradicionales eran las castañuelas (conocidas también como «palillos», «crótalos» o «postizas») y la pandereta, que hacían la percusión, reforzadas o sustituídas por las palmas.

Las palmas, que siguen hoy en día como base principal del ritmo, siguen el compás ternario de la sevillana, pero también se tocan las palmas «cruzadas» entre varias personas, marcando los tiempos y los contratiempos (redoblando).

Las castañuelas (ceñidas a los pulgares) marcan tiempo y contratiempo siguiendo el siguiente esquema rítmico: golpe con izquierda, carretilla (repique) con derecha/ y golpe, etc. Este tañido es conocido popularmente con la onomatopeya: «ri-á, ri-á pitá».

Hoy en día, la inclusión de las panderetas y castañuelas prácticamente está en desuso, salvo en las academias de baile, donde enseñan a los alumnos a bailar, usando al mismo tiempo las castañuelas.

En el Rocío, es típico interpretar las sevillanas con «gaita -también llamada pito o flauta- y tamboril». El tamborilero toca la melodía con una pequeña flauta rústica (de tres agujeros), parecida al «chistu» vasco, que maneja con una mano, mientras que con la otra va marcando el ritmo con el tamboril, ceñido en bandolera. Otro instrumento utilizado popularmente en el Rocío y ferias es la caña, que se coge verticalmente, golpeando su base y haciendo «chocar» sus dos mitades (cortadas longitudinalmente).

El pueblo siempre ingenió instrumentos de percusión a partir de objetos cotidianos, la alpargata golpeada contra la boca de un cántaro, la cáscara de nuez, el almirez, etc.

Sin embargo, a la hora de hablar de «sevillanas de estudio», es decir, desde el momento en que pasan a tener un uso comercial, hay que contar con instrumentos musicales clásicos, entre los que destaca la guitarra como acompañamiento base e imprescindible en cualquier sevillana editada.

Poco más tarde, entra en juego el «padre de los instrumentos», el piano, que llegó a ser capaz de sustituir en ocasiones a la guitarra y ser protagonista único en muchas grabaciones».

Un gran precursor de este instrumento fue don Manuel Pareja Obregón, a quien debemos el estilo clásico actual de las sevillanas, y de quien hablaremos en un apartado especial por ser una de las figuras más importantes en nuestro género.

También comenzó a usarse el «cajón peruano» o «cajón flamenco», importado de Perú por el gran percusionista Manuel Soler, quien lo introdujo en la música flamenca.

En los años 80, con el famoso «boom» de las sevillanas, aparecieron los instrumentos eléctricos como novedad en los discos, que hacían posible unos efectos hasta entonces desconocidos en las sevillanas. Llegó la hora del bajo eléctrico, los sintetizadores, la batería acústica, etc, hasta nuestros días, en que es posible oír grabaciones de sevillanas con todo tipo de instrumentos sinfónicos, sección de cuerdas, metales, viento, madera, además de otros eléctricos, guitarra eléctrica, teclados, e incluso étnicos, de otros países, como el djembé, congas, tablas indias, etc.

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